viernes, 22 de mayo de 2015

NOEMI, TUVIMOS EL HONOR DE QUE NOS REGALARON UNA MARIPOSA EN CAPULLO, Y NACIÓ EN HORAS, UNA EXPERIENCIA INCREÍBLE, BENDICIONES TU TATA MAYA

“La experiencia de morir es casi idéntica a la experiencia del nacimiento.
LA EXPERIENCIA QUE TUVIMOS EN FAMLIA, NOS DECIA QUE ESPERARAMOS QUE LA MARIPOSA NACIERA, Y EN MINUTOS SE RELAJARA HIZO MOVIMIENTOS DE LIBERACION HASTA QUE LOGRO VOLAR...................Y DECIA QUE PODIAMOS PEDIR POR SU NACIMIENTO UN DESEO QUE SE IRIA DIRECTAMENTE AL SEÑOR JESUS. BENDICIONES, A TODOS LOS QUE PUEDAN VIVIR ESTA EXPERIENCIA.
BENDICIONES NOEMI. SIEMPRE ESPECIAL EN TODO.
Es el nacer a una forma diferente de existencia la cual puede ser probada de forma muy simple.
Por miles de años te hicieron creer en las cosas del más allá. Pero para mí, ya no se trata de creer sino de saber”
Una mariposa que emerge…
El fallecimiento del cuerpo humano es idéntico a lo que sucede cuando una mariposa emerge de su capullo. 

El capullo puede compararse al cuerpo humano, pero no es idéntico a tu ser real, sino que se trata solamente de la casa donde vive por un tiempo. 
Morir es mudarse de una casa a otra mucho más bella.
Tan pronto como el capullo se encuentra en condiciones irreparables, la mariposa será liberada. 
En esta segunda etapa, el ser humano se alimenta de energía psíquica. En esta segunda etapa el que ha fallecido también se dará cuenta de que se encuentra completo nuevamente. 
Personas que eran ciegas, pueden ver de nuevo, y gente que no podía escuchar y hablar, puede hacerlo otra vez.
Cuando uno deja su cuerpo físico, uno no puede hablar más en términos de tiempo, espacio o distancia en el sentido común porque éstos son un fenómeno terrenal.
Existen pruebas de que cada ser humano, desde su nacimiento hasta su muerte, es guiado por una entidad espiritual.
En general, la gente que está esperando por nosotros en el otro lado son aquéllos quienes más nos aman.
Puede ser que te encuentres flotando a través de un túnel, pasando por una gran puerta o cruzando un puente. 

Todos encuentran el cielo que han imaginado.
Después de que has atravesado este túnel, puente o puerta, te encuentras al final de él rodeado por luz.
Esta luz es más blanca que el blanco. Es muy brillante, y cada vez que te aproximas más a ella, te sientes más y más envuelto por el más grande, indescriptible e incondicional amor que te hayas podido imaginar.
En esta luz, tú experimentarás por primera vez lo que el hombre pudo haber sido. Aquí se encontrarás entendimiento sin juzgar, y amor incondicional. 
En esta presencia, tú sabrás que toda tu vida en la tierra no fue más que una escuela a la que tuviste que asistir para poder pasar ciertas pruebas y aprender lecciones especiales.
Tan pronto como has finalizado esta escuela y aprendido tus lecciones, será permitido que regreses a casa, que te gradúes!
Bibliografía: Küubler-Ross, Elisabeth. On Life after Death.
Foto de Alicia Madrid.

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