A: La Virgen de Guadalupe Redondillas
Virgencita del Tepeyac, morena,
tu eres mi madre, Señora Divina
tu eres la luz donde el mundo camina,
Dios te forjó pura y de Gracia Plena.
tu eres mi madre, Señora Divina
tu eres la luz donde el mundo camina,
Dios te forjó pura y de Gracia Plena.
Del cielo bajaste envuelta de Sol
de entre todas escogida Doncella,
con el fulgor de la más bella estrella
pa´ dar belleza a la mar tornasol.
de entre todas escogida Doncella,
con el fulgor de la más bella estrella
pa´ dar belleza a la mar tornasol.
Oigo cantar, a la madre más bella
una voz canora en el paraíso,
a la Reina del cielo que dios quiso
que con pureza siguieran su huella.
una voz canora en el paraíso,
a la Reina del cielo que dios quiso
que con pureza siguieran su huella.
En la campiña no existe la rosa,
no hay en toda la tierra oro mejor
similar siquiera a tu resplandor
ni pureza de Santísima Esposa.
no hay en toda la tierra oro mejor
similar siquiera a tu resplandor
ni pureza de Santísima Esposa.
Para los humanos sois El Sagrario
me cubre tu Venerable Aliento…
el dulce Ayate, tu Tilma, tu Manto
y todo se calma con tu Rosario.
me cubre tu Venerable Aliento…
el dulce Ayate, tu Tilma, tu Manto
y todo se calma con tu Rosario.
Te canto porque soy guadalupano
y con esa voz, traigo un solo ruego
“Mi Niña” como dijo el indio Diego,
no olvides a tu siervo franciscano.
y con esa voz, traigo un solo ruego
“Mi Niña” como dijo el indio Diego,
no olvides a tu siervo franciscano.
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano, OFS
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