sábado, 21 de febrero de 2015

El mundo de los niños especiales (5) LEAN ESTO ES MUY INTENSO Y AGRADABLE PARA LOS QUE NOS DEDICAMOS A ELLOS, BENDICIONES SU TATA MAYA


El mundo de los niños especiales (5)

 He procurado escribir en estas páginas de Long Island al Día, mi historia, la historia de mi vida, sin propósitos bibliográficos, sino con el deseo de sanarme de lo sucedido y además mostrar que mi historia  es muy corriente porque le sucede a muchas mujeres.
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Lialdia.com / *Maria LuizaWalendowsky / Brusque/ Santa Catalina/ Brasil /2 / 8 /  2015 – Vivimos en esa casa alquilada por 8 años. El dinero que recibí en el reparto de los bienes, que fue poco, lo deposité en el banco y me dije que sólo lo usaría para comprar un terreno y asi  lo hice.
Continué enseñando en la escuela para  niños especiales por más de un año, primero porque mi hija se cambiaría de escuela, también  porque me preguntaba sobre lo que yo podría ofrecer a mis alumnos además de amor, dedicación y enseñanzas. Pensaba que estaba fallando porque los adelantos eran tan lentos, aún sabiendo que es de esta forma, estaba en conflicto, recibía tanto de ellos y creía que en cambio yo  no  les correspondía.
Finalmente, el cambio llegó en forma de una invitación para trabajar en el ayuntamiento como secretaria del Director de Salud. Nuestra casa y la escuela de mi hija estaban muy cerca.
Y así, entre abrazos y lágrimas me despedí de mis alumnos, fue muy difícil, sin embargo cuando voy al supermercado y encuentro algún alumno trabajando de empacador, no hablamos nada, simplemente nos abrazamos,  siento orgullo por haber formado parte de la vida de ellos y el amor que recibí a cambio.
Este nuevo trabajo, me proporcionó ver el sufrimiento de otras personas, y analizar que el mío era pequeño. Mi servicio además de cuidar de la agenda y compromisos del director, también incluía, enviar material y hacer todo el servicio burocrático de los operarios de 11 puestos de salud, agendar  la ambulancia para transferir pacientes a otros municipios y atender las personas que llegaban con solicitudes de exámenes, remedios, consultas. Pero muchas veces esos ancianos tan humildes, querían sólo atención, alguien para oír sus historias. Me envolví emocionalmente, recaudaba con los demás compañeros de trabajo, alimentos, ropa, productos de higiene,leche, etc. Pedía donaciones de bastones, sillas de ruedas. Cuando llegaba a la casa, conversaba con los vecinos y así podía aliviar un poco su sufrimiento. Resolví volver a estudiar y a los 40 años, terminé el curso de auxiliar de enfermería. Pero seguía trabajando como secretaria y fui invitada para serlo del Consejo Municipal de Salud, una conquista más; amaba mi trabajo.
En mi casa, estaba teniendo dificultades con la fase de adolescencia de mi hija, porque deseaba ropas de marcas famosas, salir con las amigas, divertirse en fiestas, pero esta no era nuestra realidad, teníamos otras prioridades. Con la ayuda de una amiga, mi hija empezó a trabajar medio tiempo, facilitando así un poco nuestra vida. Para alcanzar mi objetivo de comprar y construir una casa, fue necesario conseguir más trabajo, pasaba entonces la noche haciendo cambios de flores y  trabajos como ayudante  de limpieza los finales de semana.
Mi rutina pasó a ser así: despertar de madrugada a las 4:00 a. m. , tomar mi caja de cambio de flores y venderlas en las ferias de los barrios los fines de semana, a las 8 horas ya estaba trabajando en el ayuntamiento, hasta las 17:30, y  el fin de semana hacer limpieza. El trabajo decididamente no mata nadie.  En ese período que duró algunos años, conté con el apoyo de mi padre, que siempre encontraba una manera de llevar dinero, frutas, alimentos y lo más importante, nuestras largas conversaciones, adoraba oír  a mi padre, su apoyo fue fundamental para mi vida, aún tengo hoy la caja de herramientas que me regaló para hacer las reparaciones en casa.
Otra persona que marca mi vida, fue mi vecina , doña Hilna, que hoy cuenta con 95 años. Cuánta sabiduría, cuánto cariño, cuánta gentileza,incansable era su amabilidad, siempre compartiendo alimentos, o cuando llegaba a mi casa, decía; Vine a traerte sopa, imaginé que llegarías cansada y una sopa va tan bien. Y cada día tanto cariño es forma de ayuda moral.
Nunca pasamos hambre, pasamos necesidades pero siempre fueron  superadas con ayuda de muchos amigos.
Pero este aún era el inicio de muchas otras demostraciones de amistad y conquistas que Dios me reservaba.

ETERNOS NIÑOS
Caminé por la rutina del mundo
creyendo que así era la vida
pero ellos rompieron la burbuja
cuando conocí su universo.
Me enseñaron más de lo que me eduqué.
Aprendí que la superación humana
se logra a través de pequeñas conquistas.
Pequeños logros, grandes triunfos.
El mundo de niños especiales.
Que no saben el sentido
de la palabra  maldad.
Faros de luz en sus familias.
Llamas de amor
como  sol radiante en sus hogares
Niños puros e inocentes
Portada:
La autora
*Maria Luiza Walendowsky
inhawalen@hotmail.com
Del Grupo de Editores
Los artículos anteriores de la autora en el siguiente enlace:

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