Un nuevo tratamiento basado en nuestras propias defensas ha logrado buenos resultados para frenar el cáncer. Este avance, considerado por Science como el más importante de 2013, reaviva las esperanzas de muchos pacientes.
Wellcome Images (Flickr)
Wellcome Images (Flickr)
Por Angela Bernardo
4 de febrero de 2014, 12:10
Temas: Ciencia

En la mitología griega, Aquiles era hijo de un mortal y de la diosa Tetis. Al bañarlo en la laguna Estigia, con el objetivo de convertirlo en inmortal, su madre olvidó mojarle el talón, convirtiéndose este en su único punto vulnerable. Hoy su leyenda nos sirve para ilustrar cómo funciona una de las terapias más innovadoras en el tratamiento del cáncer.
Esta enfermedad, originada en nuestras propias células, es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. El comienzo del cáncer se produce cuando se da una alteración (bien por causas genéticas o factores celulares) de los mecanismos de control de las células que forman parte de nuestro organismo.
En ese caso, estas no disponen de los "frenos" o "aceleradores" adecuados para controlar su división, de forma que crecen de manera descontrolada, formando tumores localizados en partes muy diversas del cuerpo.

Inmunoterapia: el descubrimiento más importante de 2013

Aunque los tratamientos habituales se basan en la aplicación de la quimioterapia o la radioterapia, lo cierto es que una nueva terapia emerge como alternativa: la conocida como inmunoterapia, nombrada por la revista Science como el "descubrimiento científico más importante de 2013".Nuestros sistema de defensa natural contra el cáncer se conoce desde 1890
El uso de la inmunoterapia para frenar el cáncer se conoce en realidad desde el siglo XIX. Como explican desde la Agencia SINC, el médico norteamericano William Coley fue el primero en entender la importancia que tenían nuestras propias defensas en la lucha contra las células antitumorales.
Y es que un tipo de célula especial de nuestro sistema inmune, llamada linfocito T, es capaz de detectar las células cancerosas y eliminarlas. Esta estrategia sería óptima para lograr combatir el cáncer, ya que sería un mecanismo natural de protección de nuestro propio cuerpo contra estas células malignas.
cáncer
A pesar del gran poder que tienen los linfocitos-T, a nuestras defensas les ocurre como le sucedía a Aquiles según la mitología griega. El talón celular que presentan evitan que puedan ser la "estrategia perfecta" de nuestro organismo para combatir el cáncer.
En el exterior de las células tumorales existen unas etiquetas especiales, conocidas como moléculas PD-L1. Estas proteínas actúan como "escudos" de las células tumorales, para así esconderse de los linfocitos T. Nuestras defensas entonces son incapaces de reconocer a las cancerosas, por lo que el mecanismo natural dejaría de funcionar. ¿Cómo solucionarlo?

Anticuerpos contra los "escudos" de las células malignas

Igual que pensó Coley en 1890, podemos mejorar la actividad de nuestras defensas frente a las células malignas. Esto se lograría usando los conocidos como anticuerpos monoclonales, que conseguirían bloquear los sistemas de reconocimiento de PD-L1 que tienen los linfocitos T.Las células malignas logran usar unos "escudos" para esconderse de nuestro sistema inmune
De esta manera, nuestras defensas "ignorarían" los escudos que presentan las células malignas. Así podrían evitar su particular talón de Aquiles, y conseguir que el rendimiento de este mecanismo natural contra el cáncer siguiera funcionando de la misma manera.
En particular, los primeros ensayos clínicos de lambrolizumab (un anticuerpo dirigido contra el escudo PD-L1) han demostrado buenos resultados.
También otro tratamiento con el anticuerpo nivolumab ayudó a frenar el sistema de escondite que suelen utilizar algunos tipos de células malignas.
De esta manera, la inmunoterapia serviría para reforzar los mecanismos naturales ya existentes en nuestro cuerpo para frenar la invasión de cuerpos y células extrañas, como podrían ser las que provocan los propios tumores. Los resultados preliminares, probados en melanoma y en cáncer de riñón y pulmón, permiten anticipar que en el futuro, la quimioterapia y la radioterapia se verán reforzadas con esta innovadora inmunoterapia.
Aquellas conclusiones del médico del antiguo Hospital del Cáncer de Nueva York, hoy conocido como Memorial Sloan Kettering, han servido más de un siglo después para renovar las posibles estrategias médicas para combatir esta terrible enfermedad. En una jornada como hoy, en la que se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, los avances logrados con la inmunoterapia siguen manteniendo vivas las esperanzas de los pacientes.