jueves, 6 de febrero de 2014

MARIO VIDES LES PRESENTA A UNO DE SUS MEJORES ALUMNOS KC PORTER

KC Porter, para grabar el disco ideal

A sus 43 años, su nombre está asociado a éxitos de Santana, Laura Pausini y Khaled. Aquí opina sobre el quehacer musical y la industria.
Jorge Sierra


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Vive en el ojo del huracán. K.C. Porter, hijo del connotado director y arreglista Bob Porter, radicado ahora en Los Ángeles, California, es hoy uno de los productores más cotizados de la industria. Todo comenzó cuando de Guatemala (recién graduado), se fue estudiar música a Los Ángeles y ahí, fue llamado a formar parte del staff de productores del sello discográfico A&M. Allí comenzó a producirle a Lani Hall y a María Conchita Alonso. K.C. demostró su talento para la producción, pero también con un estilo único y una extraña habilidad para hacer de la música latina material accesible y querido por el público anglosajón. Tan es así que esto le ha llevado a recibir seis grammies y nominaciones. Ha trabajado para Ricky Martin, Barrio Boyzz, la fallecida Selena, Los fabulosos cadillacs, produjo para Carlos Santana, incluido Supernatural, que vendió diez millones de copia. Pero igual, ha metido sus manos en los álbumes de la diva de la salsa La India, Patti LaBelle, Laura Pausini, y recién tocó con la superestrella del rai, Khaled. Eso sin contar otro medio ciento de canciones producidas y escritas para artistas de disímiles géneros. En suma K.C. Porter está inmerso en un imparable torbellino. Acaba de producirle a Huecco, de España, y prepara un gran proyecto que anuncia en exclusiva en esta entrevista.

¿Es un mito grabar el disco ideal?
– Pienso que todos los artistas lo pueden lograr si disponen del tiempo adecuado. El tiempo es lo más importante. Se puede tener un productor o un artista mediocre, pero si se le echa ganas, si produce 20 o 30 canciones de dónde escoger 10 o 12, entonces sí lo podrá conseguir. En cuestión de producción hay muchas empresas independientes de artistas que se autofinancian, y así pueden ofrecer un porcentaje de las ganancias al productor y al ingeniero, algo de lo que no disponía antes el artista. Así que ahora hay más probabilidades de grabar el disco ideal.

¿Existe algo que lamentar de la conducta de la industria?
– Lo que me quejo es que las compañías disqueras pongan sus esfuerzos en menos artistas. Estas saben que tienen que invertir mucho dinero para recuperar la inversión, por tanto prefieren apostar a lo seguro. No hay riesgos.

¿Crees en verdad que la industria esté en crisis?
– Está en crisis por la piratería. Eso afecta muchísimo a los artistas. Todos dependíamos de la venta. Ahora la idea es recuperar la inversión, y además vender en los conciertos productos de mercado (gorras, pañuelos, t–shirts, etcétera). Lo bueno a todo esto es que ha provocado que los artistas tengan que salir a promoverse, y eso en cierta forma puede crear una nueva cultura musical.

Sin embargo esas crisis no se refleja en el boato que exhiben la industria y los artistas en las ceremonias de gala.
– Sí hay crisis. Yo, como miembro del consejo de la Dirección Ejecutiva de The Latin Grammys Awards, me entero de muchos aspectos de la industria. Incluso ahora se contraen los gastos dentro de la ceremonia.

Pasemos al oficio de productor. La fórmula que crea un productor ¿la repite o siempre la reinventa?
– En mi caso nunca quiero repetirme. Aunque me cause mucho más trabajo. Con cada artista produzco distinto. Y lo hago más por la integridad del artista.

¿Y cuáles son los aspectos a considerar por el artista?
– Que sea legítimo, auténtico consigo mismo. Si una canción no le gusta que lo diga desde el inicio. He trabajado con artistas que al final comentan: “Sí, pero la canción nunca me gustó”. Y yo les digo: “¿Y por qué no me dijiste? Pudimos haber trabajado la canción de otra forma para que te guste”. Nunca dejo que un artista grabe una canción que no vaya a interpretarla con orgullo noche tras noche. Hay que seguir lo que en verdad diga el corazón del artista.

Por cierto Rick Rubin (ganó tres grammies), comentaba que lo que busca es ayudarle al artista a que descubra lo que es. ¿Hay mucha pérdida de identidad en ese gremio?
– Muchos se pierden, y tienen que ver cómo se reinventan. Un artista a veces es muy limitado en lo que sabe. Bob Dylan toca la guitarra y toca como siempre, pero un productor le conduce por otras y diferentes áreas, manteniendo su estilo. Pero es difícil encontrar a un productor que sea fiel a la visión de ellos y que sepa hasta dónde puede llegar.

¿En qué proyectos se encuentra ahora K.C.?
– Produzco el disco de la cantante china Chen Lin. Es una canción para las Olimpiadas. Hago dueto con ella, aunque inicialmente cantaría Josh Groban. Luego a Rachael Price, de 22 años, que canta jazz y soul. Y preparo el disco de Lucho Gatica (este año arriba a los 80 años de edad) que se espera saldrá este año haciendo dueto con Alejandro Sanz, María Bethania, Roberto Carlos, Ana Gabriel, espero que Ricky Martin, y Prince que cantará Solamente una vez.

¿Y proyectos personales?
– Ya lancé un disco–DVD Embrace the world, donde en dos canciones pongo música a las palabras de Baha’ullah, el fundador de la fe Bahai’. Para mí es increíble. Luego trabajo uno entero mío, con el ultimátum que me ha puesto mi esposa, que me apoya muchísimo.

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