Triunfador
Jose R. Espinosa
Para Jose R. EspinosaYo
Hoy a las 12:16 P.M.
Si hiciéramos una encuesta para saber lo que es un “Triunfador” habrían tantas respuestas como encuestados.
Pero
muchos coincidirían en que para ser un triunfador hay que ser una
persona de éxito, que deberían tener todo aquello con lo que sueñan, ser
perfectos, sin cometer equivocaciones, siempre seguros de lo que
quieren y hacia dónde van, ser amados por todos y, hasta en algunos
casos, admirados y por qué no, hasta podrían ser estrellas de cine o
millonarios. Tener todas sus metas alcanzadas, con una vida llena de
sonrisas y de momentos de alegría desbordante, entre otras muchas cosas.
Lamentablemente
no es así. Todos nos equivocamos, dudamos, sufrimos, tenemos problemas y
hasta a veces hemos extraviado la brújula de nuestra vida. Todos,
inclusive aquellos que parecen tenerlo todo.
La buena noticia es que un triunfador no es necesariamente quien cumpla todos sus sueños o quien nunca tiene problemas.
Los
verdaderos triunfadores son aquellas que se equivocan pero saben
rectificar sus errores, tienen problemas pero saben que Dios es más
grande que ellos y que los librará de cualquier cosa. Son aquellos que
caen pero se levantan de la mano de Dios, se equivocan pero vuelven a
intentarlo con la mirada puesta en la Cruz. No tienen todas las
respuestas pero conocen de forma personal a aquel que todo lo sabe, y
pueden permanecer en paz a pesar de las tormentas.
Una
vida perfecta no está basada en las circunstancias que vivimos, sino en
las lecciones que sacamos de cada experiencia, de que cada problema que
nos va formando para ser quienes Dios quiere que seamos. Se trata,
sobre todo, de en quién creemos, en quien confiamos y toda persona que
sepa esto, puede considerarse un verdadero vencedor.
¿Tienes
problemas pero sigues en la brecha? ¿Has caído y te has vuelto a
levantar? ¿Fallaste pero volviste a intentarlo? Pues bien, entonces,
eres un triunfador.
Existen tantos triunfadores que no se dan cuenta de cuántas victorias han alcanzado y viven sintiéndose derrotados.
Deja de sentir que eres un fracasado, que te han derrotado o que tu vida no sirve para nada. Recuerda lo que Dios te dice:
No abandones, no desistas, Dios está contigo y en Él eres más que vencedor! Levántate y vive como un verdadero triunfador.
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