lunes, 12 de mayo de 2014

ALEGRÍA ELEVÁNDOSE, LO QUE PUEDE HACER UNA CANCIÓN CUANDO HAY UN LINDO MENSAJE, GRACIAS NOA

Alegría
¿Te hacen feliz tus devociones?
¿Es tu vida una alegre canción?
En toda esta discusión sobre las devociones espirituales, hay un simple hecho. Te tiene que gustar. Debería hacerte feliz. Es desafortunado que tanta coerción, tanto descontento, tanta amargura, culpa y miedo se envuelvan en la espiritualidad. ¿Por qué no podemos hacer las cosas simplemente por alegría?
Practicar la espiritualidad no es cuestión de pesadez. No es cuestión de miedo. No es para encajar en un grupo social. No tiene nada que ver con el status. El dedicarte a lo sagrado en tu vida es cuestión de celebración y alegría. Cuando te sientas a meditar, una sonrisa debería venir a tus labios y una sensación de alegría debería permear tu cuerpo. Cuando vas a un lugar consagrado para dar gracias y celebrar, deberías hacerlo no por el día de la semana que es, o por el hábito del ritual, sino porque es la mejor manera que conoces de adorar a tus dioses y expresar la maravilla de estar en esta tierra.
Sí, sí, hay mucha desdicha en esta existencia. Esa desdicha es parte del campo general de negatividad. También hay cosas positivas en la vida, y la espiritualidad es la más destacada entre ellas. Así que cuando practiquemos nuestras devociones espirituales, que sea en regocijo y alegría.
Elevándose
Por años, he practicado el ritual.
Ahora está muerto.
Por años, he practicado meditación.
Ahora es aburrida.
Por fin, está el sólo elevarse
Como una cinta ectoplásmica
Flotando sobre el mar.
Cuando uno está espiritualmente maduro, ya no necesita la estructura del ritual o de meditaciones formales. Esto no quiere decir que la estructura fue innecesaria, porque sin ella uno no podría estar en esta posición de ventaja. Pero una vez que se logra un nivel en que se han internalizado completamente las lecciones de la estructura, uno puede improvisar libremente en formas frescas y válidas.
En la espiritualidad uno se puede elevar, libre de las restricciones ordinarias. Imagínate a ti mismo en un alto acantilado con vista al mar. Lentamente tu cuerpo se alarga como una cinta. Más y más largo, ondulando hacia el cielo. Ante ti está la ilimitada vastedad del océano y del cielo. Te sientes atraído hacia adelante, y como una cinta puedes planear y elevarte sobre aquella expansión. Eso es libertad espiritual.
El otoño está por dar paso al invierno. La primavera está al otro lado, tal como la elevación espiritual está al otro lado de un rígido ritual. Las devociones tienen sus propias estaciones: Cuando recién las aprendes, son mágicas. Luego rinden su cosecha y se marchitan. Al otro lado del marchitarse está la nueva primavera y un nuevo panorama espiritual. Dondequiera que estés en tus años espirituales, coopera con los ciclos de las estaciones, hasta que emerjas como un dragón, elevándote en el cielo.<iframe width="420" height="315" src="//www.youtube.com/embed/QVZl8ckXpcc?wmode=opaque&autoplay=1" frameborder="0"></iframe>
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