EL PRECIO DE UNA BALA
Lialdia.com / *Paco Aguilar i Espada/ Barcelona/ España/ 8/7/2014 - Asistimos en Gaza a una pírrica tregua y la vida continúa y sigue,. . . y continúa siguiendo, ayer, hoy, en Ucrania, en Tierra Santa,. . .
“¿Adónde va la sinrazón perdida,
el ahogo de tan feroz agonía
con el odio que ya no se olvida?”
(del soneto Siria)
Paco Aguilar i Espada
¿Es que hay seres tan irracionales en este mundo que no conocen del valor de la vida humana,. . . ni tan siquiera de una vida?. . . ¡Hubiera dicho que no!,. . . que todos aquellos que tienen uso de razón saben del valor de la vida, si no fuera que he visto terriblemente mutilados cientos de niñas y niños, adolescentes, hermanos, madres, padres, abuelos,. . .mujeres embarazadas, personas enfermas,. . .Reventados, junto a bestias de labor agonizantes entre intestinos desparramados por el suelo.
Un suelo marciano de tierra roja, dantesco, lleno de cráteres provocados por sofisticadas armas experimentales de destrucción masiva. . .Ingeniería de guerra inteligente pensada en exclusiva para masacres sistemáticas, sanguinariamente calculadas.
Miles de horribles imágenes esculpidas a golpes de cincel sobre mis ojos que llevo grabadas en la retina;. . .¿Es que las vidas de más de 400 niños y la destrucción de 140 colegios pueden ser considerados daños colaterales?
¿Qué alma humana, descartada la de Herodes “el Grande”, puede albergar tanta crueldad?
Ayer fue un avión con 298 pasajeros, entre ellos numerosos niños, abatido en cielo ucraniano porque un demente asesino quiso probar la inteligencia del misil que le suministraron. . .Hoy un genocidio en masa, que no cesa, sobre el acorralado territorio de Gaza, con millón y medio de habitantes, repleto de niños indefensos, de hermanos, padres y abuelos,. . .y animales domésticos incrédulos por la condición inhumana de ciertos hombres:
¡Impotente!. . .¡No puedo hacer nada!. . . con un trozo de papel y lápiz no puedo más que desangrar mi poesía en los charcos de sangre ya vertida por seres inocentes, en medio de tanto odio e ira.
¿Qué precio tiene una bala,. . . qué destino final tiene el plomo fundido de su alma mortal cuando la vida de un niño no importa?. . .Trato de definir el terror y me caben serias dudas de donde ubicarlo:
¡Qué nadie me hable de Putin’s, Obama’s u otros cómplices del poder en tales asesinatos!. . . por aprovisionar de balas en abundancia al odio y a la ira!
¡Ni los textos sagrados de la Torah o el Corán eximen de culpa a los Netanyahu’s de turno, ni a terroristas de credo alguno por crímenes de lesa humanidad!. . .cometidos, para más inri, bajo el lerdo cinismo de la legítima defensa:
¡Hipócritas fariseos!. . .
¿Dónde queda la proporcionalidad del talión,. . .en la enajenación de toda cordura o en la ceguera de tamaña locura?
La muerte tan cruel, injusta e inútil de un solo niño, tan solo uno,. . . ¡no tiene perdón de Dios!
“. . .el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar.”
(sagrada Biblia – San Mateo 18)
EL PRECIO DE UNA BALA
¡Unos dicen, algo más de un dólar!
otros, poco menos que un pañuelo
empapado de lágrimas de duelo
que nada ni nadie podrán consolar:
–
¡Plomo fundido dispuesto a violar
una vida en asesino vuelo
con la muerte, sobre sangrante suelo,
de inocentes que quiere inmolar!
–
¿Quién paga por ti haciéndote mortal,
. . .quién en su sano juicio mata por matar
o ya, loco, pretende pasar por tal?
–
Inútil precio que osa delatar
su miseria con saña vil y letal,
de un alma cruel y loca de atar:
–
¡Sucia guerra donde te entretienes!
. . .eligiendo los blancos que prefieres,
niñas y niños, inocentes seres
cuyas vidas, con sevicia, detienes:
–
¡Maldito quien mata por matar deprisa!
. . .o por una ley del talión bíblica,
impune por derecho de réplica,
borrando del mundo toda sonrisa:
–
¡Herodes ungido de emperador
que matas a quien no se puede defender!
. . .acaso fue Dios quien te dio tal poder,
o Satán,. . . el de juez exterminador?
–
¡Bastardos de estéril esperanza!
quienes, al momento mismo de nacer,
. . . mal debieron a su madre merecer
al crecer con la cruz de la venganza.
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