Esta es una historia que se remonta treinta años en el tiempo y que tuvo lugar en un ático de un hotel de Oviedo. Ya sé que es cursi, que el guaperas del piano da algo de repelús, tan blanco, tan pulcro, tan metrosexual (cuando esa palabra ni siquiera existía). Pero nosotros no elegimos las canciones de nuestra vida. Son ellas las que nos eligen a nosotros.
Richard Clayderman figura en el libro Guiness de los Records como el pianista más exitoso del mundo, el que más millones de discos ha vendido (las últimas estimaciones rondaban los 87 millones de copias vendidas: 283 discos de oro y 70 discos de platino). “Ballade pour Adeline” fue su primer éxito, una preciosa melodía compuesta por Paul de Senneville para su hija recién nacida, Adeline. Con ella vendió más de veinte millones de copias en cuarenta países distintos del mundo. A algunos, además, nos cambió la vida. Una canción eterna. Saudade en vena.
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